10 Decisiones En La Vida Que Todos Deberíamos Tomar
Lo más loco de todo esto, es que no te voy a hablar de consejos generales que podés encontrar en algún link. Te aseguro que todas las personas que los escriben, no llegaron a practicarlos. No voy a hablar de plantar un árbol, ser feliz, amar… Voy a hablarte de cosas que no se encuentran dando vueltas porque las pienso yo, porque las viví.
1. Guardá un secreto de vos hacia vos: algo chiquito, algo lindo, un momento que sólo hayas vivido
y que lo quieras tener siempre.
Muchas
veces hablamos tanto… uff todo tiene que estar contado, todo tiene que tener
testigos. Pero nacimos solos y solos nos vamos a morir, entonces cuando estés
triste o confundido, o pienses en la soledad, acordate que vos sos el único que
sabes eso, y vas a darte cuenta que tu vida es tuya, entonces ahí, en ese
preciso instante, ese tesoro va a hacer que sigas adelante.
2. Comprate una cama de dos plazas: no te hablo de comodidad, hablo de espacios. De tener
espacios que se llenen con amores, con sueños, con comodidad, con brazos
abiertos para dormir, con estar en el medio, o de costado, bostezar y buscar
otra forma de hallar historias inconscientes. Tu cuerpo es flexible ¿por qué
aprisionarlo?
Cuando
caminás vas creando un ritmo que nunca es el mismo, un recorrido que cambia si
llueve, si estás apurado, o si hace calor. En un ascensor no, y así te estás
sintiendo ahora. Pataleá, abrazá la almohada, liberate, despeinate… porque
estoy segura que todo lo que ves que sobra, se va a llenar con cosas que
querés.
4. Regalá un diario de viaje y pedí a
alguien que te lo regale a vos: no
tengo mucho más para decir, hacelo y después contame como tu mente se activó
para llenarlo. No te creas que viaje tiene que ver siempre con sol y mar, hacé
que valga la pena cada experiencia, es una cadena de favores. Más allá de este
diario, hay una vez en la vida que alguien te mete la chispa viajera que estaba
dormida, por eso si ya la tenés, si sos vos el que se subió a ese tren,
convencé a otra persona y llevala, y que esa lleve a otra, porque nadie olvida
quién le dio ese empujón y no hay nada más lindo de saber que esto ya no va a
parar.
Sí,
sí, sabemos que muchas veces dura tan poco todo que la memoria no lo registra.
Anotá la sensación exacta que sentiste, la fecha y hora, como estabas antes de
la noticia y como te sentís ahora. Enojate porque se esfumó pero inmortalizalo,
porque cada vez que leés cosas que te hicieron bien van a aumentar las ganas de
conseguirlo de nuevo. Reprochate por qué se fue tan pronto pero inmediatamente
captá por qué vino, acabas de tener segundos de felicidad y eso… eso no pasa
seguido.
6. Dudá de la duda: no te castigues por dudar y no dudes de no sentir lo mismo
que el resto. Lo peor que puede pasar es que te compares y no ames como los
demás, no festejes como los demás, no eduques a tus hijos como los demás. Nos
criaron con mandatos familiares y sociales demasiado fuertes y hay veces que
pensamos que lo correcto es lo que nos enseñaron y no lo es. La mente hace
trampa, dudá hasta de las dudas si hiciste bien o no, pero después confiá en el
cuerpo (no en los jueces que tenés inconscientes) y metete en la cabeza que el
hombre duda, está en su naturaleza. A partir de ahora empezá a llenar tu vida
con los valores que creés vos y si dudás porque sos inseguro, el proceso en
algún punto se va a resolver pero sin boicot.
7. Hacete amigos extranjeros o conoce a
uno: Si todavía no lo hiciste, ¡estás a
tiempo! No es un viaje, no hay que programar. Viajar es la primer decisión que
te va a cambiar la vida, pero yo digo que también traer otros países a tu vida
en el lugar que vivís es lo mejor que te puede pasar. Vas a recorrer lugares que
no te imaginás, vas a consumir cultura en tu casa, vas a hacer locuras, vas a
hacer que esos lazos se abran al universo, y un día, cuando vayas al mundo, te
vas a dar cuenta que tenés más de una casa y que tu casa ahora tiene mil
puertas.
8. Toma vino en soledad: llega un momento que lo que pensás que no te gustaba va a
ser el momento perfecto de encontrarte con vos mismo. Cociná o pedí una rica
comida, sentate y degustá el momento. Puede que al principio no le encuentres
sentido o no te agrade, pero vas a ver que no se trata del vino en sí, se trata
del rito perfecto de parar el tiempo, relajarte y saber que no hace falta más
nada. Estás vos con vos, y el mundo puede colapsar, pero en ese instante, no
hay problemas y es una manera de recompensarte. Saboreá la cena, ejercitá el
paladar, recorré con la mirada tu casa. Ya no vas a ser el mismo.
9. Trabajá de algo que no sea tu rubro: No lo hagas cuando sea el punto que llegaste a la
desesperación de no conseguir trabajo, hacelo en una etapa tranquila, para
probarte y ver que no hay estándares. A nadie le gusta una sola cosa, buscá eso
que nunca pensaste que te animarías a hacer y por un tiempo probalo. Incluso
quizás en algún momento, surja algo que tenías escondido y viste una faceta
tuya que manejas con facilidad y te da buena alegría. Vas a ser capaz de saber
que podés hacer lo que querés y que podés tener experiencias nuevas, sólo se
trata de romper con los protocolos sociales y sentir que el trabajo perfecto
llegue cuando pasaste por todo lo que se te dio la gana experimentar.
10. Tocá un instrumento o anda a alguna
clase de baile que no tenías en mente: Si
te gusta un tipo de baile, está muy bien, pero pensá que bailes no conocés o nunca
escuchaste, o escuchaste nombrar pero no tenés idea en que consiste. Animate y saltá,
salirse de la zona de confort no habla sólo de los trabajos. ¿Te gusta guitarra?
genial, ¿pero conocés el saxo? Porque también te gustaba pero lo ves lejano.
Bueno aprendelo. Hacé canto si te intrigaba aunque sientas que no tenés “la
voz”, buscá actividades ajenas a tu lista clásicamente perfecta. No te quedes
con la moda o lo conocido, explorá.
Tenés tiempo, ¡toda a vida! Pero la vida no te tiene todo el tiempo así que ¡a empezar!
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