Hay personas...
Te miran la primera vez tan intenso que hasta
desorbitaron tu manera de pensar la vida y su ritmo.
Ojo, no
todos tienen la posibilidad de hallarlas. Sólo quiénes (improvisados) las
encuentran, comprenden la magia y ya no hay nada más que entender.
Tu mundo choca. Primero tímido y precavido, después
se llena de una leve poesía que va aumentando su gravedad hasta que esa energía
flota y ya no querés salir.
Es muy loco, no entendemos como la simpleza es
la más compleja cualidad de la felicidad, pero no la conocíamos, no ese tipo de
paz. Creíamos que era algo más rebuscado conseguirla, y de repente, un abrazo
callado, una caricia sin roce, un par de segundos conectados, logran en una
escena tan diminuta, algo tan grande.
Luego, ya reiniciados, queremos conquistar al
mundo. Todos los proyectos postergados, todas las tristezas, todas las
preocupaciones, ya no tienen peso. Era ese el motor de búsqueda que estaba en
pausa y no sabíamos por qué.
Es tan extraño… ¿cómo lo hacen? Te sacan de
contexto, te curan, revolucionan tus teorías erradas, es que no las habías
contemplado con personas como ellos.
Harías cualquier cosa para que no dejen de
sonreír porque se merecen todo, porque ni siquiera sé si llegan a ser
conscientes de lo que dejan en vos.
Cuando caí, ahí estaba yo, cambiando mi
libreto, mi control cautivo. Contagiándome de su espeluznante química,
empapándome de la chispa pícara que activa mi manera de ser a tope, mi yo, mi
superyó, mi vos y yo, todo.
Es que me cuesta poder describir la locura
innata de las coincidencias. Un pensamiento al unísono, una mueca compartida y
el reír perfecto en el momento justo (como
si hubiera estado pautado).
Te hacen entenderlo todo y no entender
absolutamente nada. Propagan tu brillo y te quieren sin poseer.
Ahí te morís de miedo, y de asombro. Y al
instante vivís de alegría y soltás una carcajada muda, porque podes ver “el
lazo” ya establecido y no es para nada lineal. Sabés que vas a pasar por todos
los estados, en zig zag, con giros, altos y bajos, pero va a ser único y te
encanta.
Ni una vida vivida va a ser igual después de
este choque. El choque de vidas.
Un miércoles pasa a ser un sábado tomando algo
en algún bar, una comida la pintura exacta y una charla el mejor de tus libros.
Ya es difícil acordarse cómo éramos antes, ya
mutamos, ya tengo de mí y de alguien, ya estoy expandida.
Hablo distinto, pienso distinto, camino a otra
velocidad y tengo nuevos gestos que me gustaban tanto que me los quedé. No sólo
nos transforman, sino que son el origen de nuestra transformación, de ir hacia
lo que anhelamos, de activar con un empujón buscar nuestra felicidad.
Una vez
le dije que valía oro, que nunca jamás voy a conocer a nadie igual, y es la
pura verdad.
Por eso, si se cruzan a personas así, que sienten
que llegaron a sus vidas por algo, háganles saber lo importante que son para
ustedes y que generan tantas cosas lindas que darían todo porque fuera felices.
Si no está la posibilidad de decírselo personalmente, piénselo, escríbanlo,
díganselo a ustedes mismos, ya que las emociones traspasan el cuerpo y pueden
llegar a donde menos lo imaginamos así que les va a llegar.
Hay personas que encandilan hasta tus ojos
cerrados.
Nadie sabe que va a pasar, lo que si sé, es que si llegó fue por algo, podría no haber llegado, y sin embargo apareció, y es lo mejor que pudo haber pasado.
// Artículo escrito para http://7attitudes.com/author/mariana-szulman/
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