Quejosos



Mar turquesa. Excursión tranquila en barco. Aire puro. Paz. Gotas cristalinas pegan suaves en la cara. Se me olvidan todos los compromisos laborales. La naturaleza libera cada uno de mis sentidos. Sólo escucho el energizante crujir de las olas sobre la madera en movimiento.
-El servicio es pésimo. –se escucha desde la esquina.
Mis quince niveles de desconexión, que pude conseguir tras una hora de navegación, se interrumpieron al igual que se interrumpe el sueño, cuando el despertador te abofetea en la madrugada cortando todo estado zen.

Cuando giré la vi. Señores… se revelaba ante mí, la Señora Queja Humana de todos los tiempos.
No era simplemente una ¨Señora Queja¨. La acompañaba su malla enteriza negra para disimular sus varios kilos de más, su sobremaquillaje, cara arrogante, papada caída y frizz extremo de playa, adherido a la tintura rojiza y barata que llevaba su melena.

Ahí nomás, dio un escaneo al barco, conectó conmigo y los demás seres de la embarcación, y siguió. -Recorrido malo, muy malo. Puse todos mis ahorros y los malgasté. ¿Vieron la comida? Sin gusto. El agua no es como esperaba. Un calor terrible, ni bikini puedo usar. El barco chico, estoy insolada, el paisaje es común. ¿Cuándo llegamos? Hace una hora viajando.

Así conocí a Koopa. Si, Koopa, bautizada así (por mi amiga y por mí, que juntas presenciamos el suceso) haciendo alusión al dragón verde, malo y amargado de Mario Bross. Si no conocen al personaje, tranquilamente lo pueden reemplazar con la persona que al decirle que ya alquilaste un salón re lindo de cumpleaños para tu hijo, te advierte que tengas cuidado, porque él conoce un caso que estafaron a los padres, el salón estaba clausurado y el niño se quedó sin festejo y sin amigos.

Gente quejosa. Están los bebés que llegan al mundo, arrugados y con cara fruncida por unas horas, y están ellos, los quejosos, que quedan así el resto de la eternidad.
No me refiero a la gente que realmente está mal porque está transitando algo feo o triste. Hablo de la mala onda constante del más mínimo detalle. De los que no saben apreciar nada, y con los años se mueven con su frente escalonada y hambre de infelicidad para quienes sonríen. En resumen, quieren dominar al mundo con su nube empapada de negatividad.

Están entre nosotros, buscando aliados y queriendo encontrar cómplices. Tienen la misión divina de atraernos y clonarnos su vibra de depresión. La queja los hace más fuerte y buscan la pelea para estar constantemente provocando.
¡Me voy de viaje! -¿Viste el pronóstico? -dice el quejoso-. Catorce días de lluvia te van a tocar.



9 Consejos De Cómo Detectar A Esta Gente:

1.Ellos aprovechan lugares con conglomeración de gente (barcos, colectivos/autobuses, subtes). Esperan a que estés cerca y ¡zas! Apenas te distraés, miran al aire, suspiran, y lanzan alguna frase malvada seguida a una conversación: “Esto es un caos, parecemos animales, ¿no te parece?”.
2.Al saludarte rozan su cachete con el tuyo, sin emitir sonido ni mueca de beso, para rozarte con su pesimismo y transmitirte energía fallida.
3.A veces tiran el café en reuniones o son los que derraman bebidas en cumpleaños, para poder insultar y meterte en la conversación.
4.Estudian las historias “del amigo del amigo” para arruinar tus momentos felices.
Ejemplo Caso 1: ¡Qué bueno que te casás!, no como Jacinto, que en su boda casi muere electrocutado.
Ejemplo Caso 2: ¿Te vas a animar a hacer deportes extremos? Un conocido se lanzó del bungee jumping pero casi se le corta la soga, quedó en coma del susto.
5. Si tenés algún dolor físico, te incitan a que busques en internet sobre los síntomas, para que te traumes solito con las peores respuestas.
6.Al hablar por teléfono, te agotan contándote lo mal que están para que te olvides las ganas que tenías de contarles que te había ido bien.
7.Hunden tus logros: ¡Me voy de vacaciones! -Divertite, vos que podés.
8. Se enganchan en Facebook en comentarios que sacuden a los que entablaron el diálogo.
9.Llevan poca plata en la billetera para rezongar del episodio frente a más personas.

Creo que es hora de empezar a actuar. Ya sabés detectarlos, vamos al paso siguiente. Parar con toda esta farsa.


5 Tips Para  Evitar A Un Ser Quejoso:

1.En el momento que aparece una queja, usar la estrategia de decir algo peor o hacerle ver que a vos también te pasó. Si el quejoso se prende en tu conversación, ¡debes aislarte ya! Lo recomendable es huir rápidamente, también existe otra manera disimulada de escapar. De repente te van a dar ganas de ir al baño o vas a ir en busca de un café, a pesar de ya estabas tomando uno.

2.Si no lo conocés, prueba fingir que no hablás español o el idioma del quejense. Por el contrario, si forma parte de algún grupo en común, contestá con ironía u humor la frase irritante para cambiar el tema y no engancharte.

3.Si los detectás en el colectivo y se van pegando a vos, mirá tu celular. También podes llevar auriculares falsos y ante una presencia extraña, cantar una música a capella inventada.

4.En eventos o cumpleaños, volcá tu vaso de bebida antes que ellos para evitar “su momento”.

5.Elige una frase cargada en extremo de felicidad y anula la queja. Ejemplo: ¡Me gané la lotería! De esta manera cada koopa pierde atención por un opuesto, el optimista.


Bueno… Ahora lo sabés. Yo pude salirme, es un esfuerzo de todos los días. Es más, quizás, en este mismo momento me están observando mientras escribo, y a ti te están mirando o tramando una nueva historia. ¡Actuá ahora! Antes de que sea… demasiado queja.





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