El Arte De "Mejor Lo Hago Después"
Coleccionaba
stickers de todo tipo. Tenía ocho años. Los iba a pegar en algún lado,
cuadernos, pared, escritorio o encontraría el lugar. Tenía que fijar un día y
organizar cientos de pegatinas a ver por donde empezaba a decorar.
Es para ayer.
Cambio de tema, no hay frase más absurda e indignante que el sentido de esta
oración pre armada, utilizada sólo para ponernos presión y generar mal humor en
nuestra bella cara sonriente.
El hombre,
desde el vientre materno, asimiló que en el mundo en el que vive, habría
responsabilidades y ocios, pero tendría que saber sobrellevar lo primero en
algún momento, es así que inventó su defensa: lo dejo para mañana.
Yo tampoco lo
puedo creer, existe una palabra para este mecanismo. Procrastinación.
Reemplazar una obligación por algo más placentero. Todos lo hacen, todos le huyen a la pesadez del cumplimiento desde
niños, y volviendo a los stickers, veintidós años mas tarde, estaban ahí,
intactos, en un sobre adentro de la mesa de luz en mi casa de la infancia.
Conejitos, flores, dibujos animados que ya no se emitían, no me servían más. Me
puse la obligación de categorizarlos y ya no quise cumplir.
Hay
diferentes clases de procrastinar:
1.
Compromisos:
Llamar al
dentista. Si ya sé, está el teléfono anotado en mi agenda, me mira, me suplica
que lo marque y hasta se pone agresivo porque no le presto atención. Es que… no
sé que me pasa, ¿será hormonal?, me aburre en verdad. Capaz mañana, sino el
próximo miércoles. O mes. Es más, ¿vale la pena? Ni siquiera siento tan fuerte
el dolor de muela que tenía, ni recuerdo para que iba a ir.
2.
Obligaciones:
Hacer el
ejercicio del curso en el que me anoté. Arranco el lunes, pero el lunes odio a
todos. Después del gimnasio, pero quería aprender a cocinar wok de verduras.
Sábado a la mañana (no existo). Los domingos son depresivos. En una hora
entrego esto, mmm no lo puede hacer así que ya está.
3. Rutina:
Manuel ordená
tu pieza. Y Manuel prefirió jugar en la computadora. En caso de no tener hijos,
reemplazá el nombre Manuel por tu nombre propio.
Lo cierto es
que si no cumplimos con el deber, esa pequeña molestia queda. Algo que no me
deja disfrutar del todo porque lo estiro, lo estiro y lo estiro. Podría ser
corto y sacármelo de encima, pero me distraigo “conscientemente” y lo pateo
(aunque poco sé de futbol), porque es más divertido ir al cine o ver vidrieras.
Sabemos que
hay gente que ya abusa de este término: ya te voy a llamar. Si, ¡dale!
Juntémonos. O quienes cubren sus sillones para que no se ensucien y algún día
van a mostrar el verdadero tapizado en vez de una manta que los protege. Lo
cierto es que esto no es procrastinar, yo lo llamaría promesas que no se
cumplen porque no te da la gana o ser demasiado obsesivo y tener en mente que
en un futuro tal vez vas a mostrar tus sillones a los invitados.
Volviendo a
lo que realmente significa esta palabra, no te desesperes, hay diferentes
circuitos para combatir estas sensaciones nada placenteras y pasar al ocio en
paz. Es mas fácil de lo que estás pensando.
●
Primero que nada, es importante
saber decir NO. Te encanta cortar la semana y merendar con tus amigas después
de trabajar, pero podes optar por intercalar esta actividad (o las que hagas en
tu tiempo libre) para terminar tareas, así la próxima salida también tiene un
plus de entusiasmo.
●
Podes organizar tus tiempos y
responsabilidades en un papel, esto es muy útil. Separar las tareas que no te
lleven mas de dos minutos, como por ejemplo hacer la lista de compras. Si
priorizas categorías de más importantes a menos, vas a poder dividirlas por
tiempo.
-●
Hay muchas acciones que no
realizas pensando que sos incapaz de hacerlas. Hay que enfrentarlas y una vez
que empieces, vas a notar que cada vez es más fácil por la práctica que
adquirís. Estoy segura que te vas a sacar el peso que tenías en la mente del no
puedo.
●
Tachar la lista cada vez que
cumplís con un ítem estimula al cerebro al igual que darte un premio. Ejemplo:
si termino este ejercicio, a la noche voy al cine o salgo a caminar.
●
Pensar qué cosas postergamos a
menudo y cuáles son los factores para encontrar patrones y poder cambiarlos.
●
No asociar la procrastinación
con el tiempo sino con la energía. Si estamos motivados, vamos a ser creativos
para resolver problemas de este tipo como elegir que regalo comprar, organizar
un cumpleaños, etc. Si estamos bloqueados, puede servir hacer actividades más
rutinarias como llamar a un médico.
Pensá que no
hay nada más placentero como terminar algo que veníamos extendiendo (sea lindo
o molesto, pero que costaba arrancarlo) y vamos a conseguir esa libertad de
aprovechar a pleno los hobbies o el tiempo que queda sin sentir algo pendiente.
Esa breve felicidad que te saca una sonrisa y te motiva a seguir también
debería tener un nombre raro, ya lo voy a averiguar, y si no existe, ya le
buscaré uno.
Yo ya terminé
mi artículo, lo iba a escribir mañana pero quise optimizar el tiempo. Si lo
estás leyendo hoy es porque era el momento indicado ya que estabas a punto de
postergar algo. Ahora me voy a hacer una rica comida y salir a caminar, ya
tildé el ítem de compartir mis reflexiones con ustedes y se siente muy bien,
¡nos vemos en la próxima ocasión!
// Artículo escrito para http://7attitudes.com/author/mariana-szulman/
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