El mundo
Cómo mantener la respiración continua si el
mundo se está cayendo a pedazos. Cómo aprovechar la visión si se nos oprimen
los ojos. Cómo negarlo, cómo obstruirlo, cómo ayudar cuando somos el problema.
El miedo no pide permiso, invade. Invade el
pensar a quiénes queremos, al pensar el mundo, al pensar el futuro, al pensar
el fin de mes, o el día, o la claridad.
El miedo no es malo, es nuestro. Lo malo
son los bienes aparentes de los que piensan que hacer eso está bien. Que somos
personajes de batallas, que la luz está en extinción y el juego de soldaditos
se hace 3D, se hace realidad virtual, se hace normal.
Yo me pregunto, ¿es todo así?, o vemos más
porque hoy podemos ver más. Y ese querer saber más y apropiarnos del mundo, nos
hace conocerlo todo, la oscuridad de lo que antes estaba alejado, lo profundo
del mar, el universo violento, el dolor en primer plano.
Saber tanto nos paralizó. Nos hizo olvidar
de la pelota y la muñeca de nuestros hijos, y de nuestra infancia, nos hizo
sentir que todo va a explotar, que el sol va a consumir lo que el hombre hace.
Y el hombre, tan criticado, tan dañino, tan defensivo, se corrompe y se llena
de odio.
¿Por qué castigarnos así? Nacemos y decimos
que todo lo hace el hombre, pero a la vez vivimos leyendo sobre el perdón con uno
mismo. Se ve que esos artículos de autoayuda no hablan en plural.
¿La culpa en verdad es del hombre? Estamos
metiendo a todos en la misma bolsa, bolsas de plástico, esas que ni siquiera
quedan. El hombre también son las mamás que aman a sus hijos, los buenos
compañeros, los niños que ven ansiosos el futuro, las amistades que duran de
por vida, los actos de amor, la gente que abraza y la que se desvive por
ayudar. El hombre también sonríe y se emociona, no sólo destruye el planeta con
su ego, hace guerras y es cruel.
No fuimos los primeros, no vamos a ser los
últimos, no nos matemos con una palabra antes de tiempo. Porque la esperanza es
también un sentimiento del hombre. Yo no elegí esa guerra, ni mover el comercio
de la comida con lo insalubre, o lucrar con animales y vidas. Yo sólo nací acá,
no me juzguen, no queremos arrastrar una etiqueta ajena.
El mundo no está cambiando, es una
consecuencia de un mal negocio que quiere sanar.
Hay una sensación de pánico, caos, de
encontrar realmente lo que mostraría la globalización, no sólo los McDonalds en
el mundo.
Miramos, vemos, comparamos, nos aterramos.
No quiero vivir en una burbuja bien cuidada
sin saber que pasa, pero no quiero llenarme de terror con las noticias. Un
noticiero no es una novela, ¿por qué mirarlo todos los días?, ¿por qué darles
el gusto? Años repitiendo que no publican cosas lindas, ¿por qué no buscarlas?
No sólo lo bueno está en HD.
El mundo se renueva, no estamos tan mal.
Choca esto, ¿no? Estamos angustiados, pero no vivimos en otras épocas. Estamos
mal, pero se puede luchar por estar mejor.
Te hablo a vos, que estás leyendo. Para que
no hagas que las noticias sean tu zona de confort.
¿Pensaste en donar sangre?, ¿en charlar
sobre la donación de órganos?, ¿en crear una aplicación para proteger a las
mujeres, hombres, mascotas y niños? ¿Pensaste en dar un buen consejo a alguien
que no la está pasando bien? ¿Visitaste a tus abuelos? ¿Abrazaste fuerte a un
amigo que lloraba? ¿Dijiste te quiero?, ¿escuchaste dormir a tus hijos o pareja
y te dio calma? ¿Rendiste bien un parcial? ¿Ganaste una competencia?
No se trata del grado de ayuda, se trata de
entender que esa es la paz que estás buscando, esa es la alegría diminuta que
se transmite en grande. La paz del mundo tiene que ser un conjunto de cada
persona con su paz, que se irá potenciando.
Por eso esperanzate. Esperanzate que la
vida no es tan corta con todas las vivencias que podés llegar a lograr. El
tiempo a veces no es hoy, y es en dos días. No vivas pensando que siempre tenés
un pendiente, que si no viajaste se te acabó el tiempo, que si no haces eso se
te pasó el tren, que mejor te quedas quieto por lo que pasa en afuera.
No vivas en ojos distintos, tu mundo es tu
percepción y eso no se rompe ni se cae a pedazos.
Cuando estés desesperanzado, acordate que
también tenés otro mundo, el tuyo interno, y a veces calmar ese mundo, puede
calmar cualquier universo exterior.
// Artículo escrito para http://7attitudes.com/author/mariana-szulman/
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