Los Destiempos



Sí, no te lo esperabas. No estaba en tus planes, todavía no pensaste en eso, y entonces lo ves muy, muy lejano.

¿Te diste cuenta que estabas bien, tranquila y entonces un imprevisto te hizo saltar de tu zona de confort? Te desestructuró por completo porque la ternura, y ese poquito de miedo, quedaron superpuestos y anularon tus sentidos por el esfuerzo de procesar tal información.

Tal vez sea lindo lo que está pasando. Pero bajo el subtítulo de “fuera de plan”, el deseo planteado hace que tu alma se salga de control. Un poco exagerado, ¿no?

Quizás alguna vez lo habías fantaseado. Pero ese alguna vez hace que hoy, aquí y ahora, no quieras saber nada en vez de saberlo todo.

Creo que te gusta la palabra “No caigo” y la empezás a usar para todo. Es que no caigo que se me están dando otras cosas, y que bueno… no caigo.

Es que simplemente sos sincera y eso… está bien. No podés comprender si la pregunta te aterró, te alteró, te entusiasmó, o te bloqueó. Sólo estás planeando primero cerrar otros proyectos.

Complicado, ¿no? Parar y pensar qué querés hacer de tu vida. Cortando el entusiasmo de quién tenés en frente. Pero te entendieron. Listo, ya está.

Resuelto. El tema es que la vida resulta un poco extraña el día posterior a tu planteo, pero ni importancia le das. Tu respuesta fue segura, confiada y espontánea, pero se ve forzada a perder fuerza y varía apenas al mes siguiente, pero apenas, ¿eh?

Bueno, ¿qué onda? ¿Qué te está pasando? ¿Por qué te empezaste a imaginar ciertos episodios si antes no los tenías en mente?


No parás de ver espejismos en tu camino al trabajo, o en la calle, o… Vamos al grano, si te hablaron de convivir, ves todos los carteles de alquiler en los edificios, si te hablaron de viajar juntos, ves promociones de viajes hasta en tu almohada, si te plantearon pasar de salir con alguien a un noviazgo, o mascotas, o conocer a su familia y mil cosas más, las captás en todos lados. Es que querés y no querés nada. Te emocionás, te ponés en los zapatos, pataleás, observás, y masticando lo que sucedió, pasan algunos meses.

Las vueltas, ¿no? Empiezan a caerte imágenes de cómo sería, de cuándo sería, de qué lindo sería, y de nuevo miedo y mente en blanco.

Te pasan cosas y las negás, es que a partir de tu NO, te lo empezás a imaginar. Creo que confundiste tus miedos con esa palabra.


Una idea sutil, leve, y el deseo se hace más fuerte.

Pero lo callás porque es tuyo y se quedará con vos. Típico, no lo podés sostener y en un día cualquier se te escapa. Sí, te imaginaste eso y a veces te gusta.

Él se pone nervioso, cómo que se estuvieran generando los mismos miedos. Es más, ya se alejó de la idea para respetarte, y contempló otros proyectos, antes que vos. Y te lo dice, se anima, y vos cambias el rol. Y no te gusta, pero entendés, y comprendés que fue fuerte recibir ese miedo, pero algo más te pasa.

A medida que vas acercándote al imaginario de la pregunta, no te das cuenta que el receptor de tu mensaje se va alejando. Es que te respetó, y te entendió. Deberías aplaudirlo, pero no. Te da nostalgia o vaya a saber qué. El está en tu lugar, ¡uf dificilísimo!

Sí. Estás a destiempo.


Soltás a tu idea de lejos, porque ya no vale de sentido. Adiós, goodbye, qué caprichosa fuiste, o mejor dicho, qué loco como fuiste asimilando querer cosas que ni imaginabas. Qué miedo, qué emoción.

Solita, sabés que eso que no tiene nombre se fue, ni siquiera vos tenés el mismo entusiasmo ahora, pero quizás vuelve espontáneo. Y no como idea.

Quizás surja algo libre, lindo, y sin pensar.

Quizás no es la hora, es todo el reloj.

Y el destiempo se hace unánime y un día surge, cuando ambas partes pasen por el deseo y el miedo, por el entusiasmo y el retroceso, y transitando días comunes, completamos esa pregunta (que ya no va a ser pregunta, porque cuándo menos se den cuenta… lo van a estar viviendo).

Dedico este artículo a tantas situaciones que veo de amigas, de amigos, de terceros, de mi propia historia, de historias ajenas. Me parece extremadamente extraño y fascinante como los miedos, las ideas y los entusiasmos, se alejan y se acercan, hasta algún día coincidir.





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